EE. UU. desplegará 4 mil militares en el Caribe y Latinoamérica contra el narcotráfico
Un oficial consultado por la prensa describió la medida como “una demostración de fuerza” con fines disuasorios
Washington D.C. – Estados Unidos ha iniciado un despliegue de aproximadamente 4 mil efectivos, en su mayoría infantes de Marina, en distintas zonas del Caribe y Latinoamérica con el objetivo de enfrentar a los carteles de droga. La operación incluye también el envío de aviones de vigilancia, destructores, un submarino nuclear y un buque de guerra equipado con misiles, según reportes de medios locales y de la cadena CNN, que citó fuentes del Departamento de Defensa estadounidense.
Un oficial consultado por la prensa describió la medida como “una demostración de fuerza” con fines disuasorios, aunque advirtió que la presencia militar brinda opciones estratégicas que podrían activarse si se considera necesario. No obstante, expertos han cuestionado la preparación de los marines para tareas antidrogas, señalando la posible necesidad de colaboración con la Guardia Costera, cuya participación aún no ha sido confirmada.
Históricamente, las operaciones contra el narcotráfico han sido lideradas por la DEA y no por el ejército. Sin embargo, con la administración de Donald Trump, la defensa militar ha asumido un rol más activo en la protección de fronteras y la lucha contra el contrabando de drogas, migrantes y otras actividades criminales, según la carta emitida por el secretario de Defensa Pete Hegseth.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum se pronunció desde Chetumal, Quintana Roo, en contra de cualquier forma de intervención externa. La mandataria destacó que existe coordinación con Estados Unidos en materia de seguridad, pero subrayó que “nunca el intervencionismo” debe prevalecer, y que la autodeterminación de los pueblos de América Latina y el Caribe debe respetarse.
Sheinbaum reiteró que “el único que manda en México es el pueblo”, haciendo referencia a recientes declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump sobre la influencia de Estados Unidos en México y Canadá. La presidenta insistió en que, pese a las diferencias diplomáticas y de lenguaje, la soberanía nacional sigue siendo un principio prioritario en la relación bilateral.